sábado, 14 de abril de 2007

Leyendas Urbanas I

Foto by Kamon: LUMIX DMC-LX1 (sin retoques) (si pulsas sobre ella aumenta de tamaño)
A Matt Fiorucci, el doble de Diego Alione, a la sazón doble de Sylvester Stallone, y finalista en los 1500m estilo libre en las Olimpiadas de Moscú 80, se lo comió un tiburón blanco en el Monterrey Bay Aquarium, por una discusión tonta de bañadores “Piel de tiburón”, versus fardahuevos “Turbo” de toda la vida. Matt compitió sin bandera y sin himno en las piscinas moscovitas, y jamás fue reconocido como deportista Norteamericano. Nacido en Brooklyn Mateo Fiorucci Genovese, italoamericano por los cuatro costados, se saltó a la torera el boicot político, y compitió en la grandiosa prueba donde Vladimir Salnikov nadó por debajo de los 15 minutos en los 1.500. Este récord, y el boicot Norteamericano a todo lo que tuviera que ver con esas Olimpiadas, enviaron al ostracismo y a la mala vida al bueno de Matt. Este revés fue el primero de una dilatada carrera profesional recibiendo reveses literalmente, ya que, el ex nadador, encontró un filón como doble de Diego Alione, un especialista de lujo que solo se tiraba en la lona, o se pegaba algún saltito del primer piso en las películas de Sly. Matt, recibía todos los puñetazos de espaldas a cámara, se caía de los coches en marcha, saltaba a partir del segundo piso hasta la azotea, y lo que es peor, participaba en todos los ensayos y pruebas de luces, quedando siempre tan maltrecho, que los directores no se atrevían a ponerlo de cara ni en plano general, donde si intervenía Alione. Resultado; una irremediable atracción por la épica y el sufrimiento. Quizás, este trastorno fue el que hizo que, rememorando aquel glorioso 22 de Julio de 1980, Matt, se lanzara al agua con su slip color azul cielo desgastado, dispuesto a cruzar la piscina repleta de tiburones sin dejarse atrapar por escualo alguno. La causa, demostrarle a un grupo de adolescentes, admiradores de Michael Phelps, que los nuevos bañadores eran “mariconadas”, y que lo que de verdad importaba, era un fuerabordiano golpe de piernas y una brazada larga y poderosa. Lo único que quedó del valeroso Matt Fiorucci, fueron los calzoncillos flotando rítmicamente al son del confuso oleaje, seguramente el desdichado los perdería al entrar al agua, pues las pruebas periciales determinaron que el elástico estaba un poco pasado.


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